VIA CRUCIS 2024:
"En oración con Jesús en el camino de la cruz"
Papa Francisco
Octava Estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él (Lc 23,27).
Jesús, ¿quién te acompaña hasta el final en tu camino de la cruz? No son los poderosos, que te esperan en el Calvario, ni los espectadores que se quedan lejos, sino la gente sencilla, grande a tus ojos, pero pequeña a los del mundo. Son esas mujeres, a las que has dado esperanza; que no tienen voz, pero se hacen oír. Ayúdanos a reconocer la grandeza de las mujeres, las que en Pascua te fueron fieles y no te abandonaron, las que aún hoy siguen siendo descartadas, sufriendo ultrajes y violencia. Jesús, las mujeres que encuentras se golpean el pecho y se lamentan por ti. No lloran por ellas, sino que lloran por ti, lloran por el mal y el pecado del mundo. Su oración hecha de lágrimas llega a tu corazón. ¿Acaso mi oración sabe llorar? ¿Me conmuevo ante ti, crucificado por mí, ante tu amor bondadoso y herido? ¿Lloro por mis falsedades y mi inconstancia? Ante las tragedias del mundo, ¿mi corazón permanece frío o se conmueve? ¿Cómo reacciono ante la locura de la guerra, ante los rostros de los niños que ya no saben sonreír, ante sus madres que los ven desnutridos y hambrientos sin tener siquiera más lágrimas que derramar? Tú, Jesús, has llorado por Jerusalén, has llorado por la dureza de nuestros corazones. Sacúdeme por dentro, dame la gracia de llorar rezando y de rezar llorando.
Oremos diciendo: Jesús, ablanda mi corazón endurecido
Tú que conoces los secretos del corazón
Jesús, ablanda mi corazón endurecido
Tú que te entristeces ante la dureza de los ánimos
Jesús, ablanda mi corazón endurecido
Tú que amas los corazones contritos y humillados
Jesús, ablanda mi corazón endurecido
Tú que enjugaste con el perdón las lágrimas de Pedro
Jesús, ablanda mi corazón endurecido
Tú que transformas el llanto en canto
Jesús, ablanda mi corazón endurecido